Zona Aritmética

Los niños muy pequeños son capaces de resolver ecuaciones sencillas de forma intuitiva, siempre que no les amenaces con palabras horribles como álgebra. Luego llega el colegio y después de aprender las tablas de memoria se tiran un año dividiendo números absurdamente grandes. 

En general muchas personas odian las mates porque creen que consisten en una serie de ejercicios repetitivos y aburridísimos que podrían resolverse con una simple calculadora. Pero las mates en realidad son un juego, que consiste en escribir los números de otra forma. 

Las mates no consisten en dividir entre números de tres cifras. No es más que escribir los números de diferentes formas, como si fuera un acertijo, o un puzzle. Hacer matemáticas es, sobre todo, jugar, pensar, resolver un misterio. 

Durante mi experiencia como profesora de apoyo escolar y de apoyo a homeschoolers de matemáticas y ciencias he observado que la mayoría de los niños tienen terror a la aritmética, se atascan sumando fracciones, no comprenden el significado físico y  gráfico de las operaciones básicas y cuando llegan a los cursos más altos todo un edificio sin cimientos se desmorona de forma catastrófica. 

¿Qué hacemos en Zona Aritmética?

Este mes de julio en Zona Matemática vamos a jugar con los números. De cero hasta donde lleguemos. Centrándonos en la aritmética el objetivo es que los niños aprendan

Aprender mates no es hacer operaciones muy grandes, consiste más bien en aprender a pasar del concreto al abstracto y viceversa. Entender que las expresiones matemáticas nacen para simplificar problemas cada vez más complejos y no al contrario. Aprender a encontrar patrones. Tachar con alegría o con saña. Descubrir números ocultos. Divertirse con ellos. Descubrir porqué el sistema decimal es un inventazo. Pintar, pensar, equivocarse, volver a empezar. Jugar, jugar, jugar. 

…Fracciones, potencias, números negativos y mucho más…

El alcance del curso dependerá mucho del progreso de los chavales, aprovechando que esto no es el cole y aquí los que mandan son ellos. 

Si tienes alguna duda puedes escribir a info@cleiseducacion.com

¿Quién soy?

En mis tiempos no había Netflix, ni Internet, ni concretamente nada, así que, una vez superada la fase de Barrio Sésamo, dedicaba las tardes a leer libros, la enciclopedia, el diccionario de inglés (mi favorita era la jota), a hacerle los deberes a mi hermana y a ponerme a mí misma problemas de mates y fórmulas químicas. Sí, era (soy) un bicho raro. 

Fui la única bióloga (molecular) haciendo cultivos micológicos y sintésis orgánicas en un departamento de Química-Física de un instituto del CSIC de Química Inorgánica y Analítica, sintetizando y caracterizando materiales híbridos orgánico-inorgánicos con función biocida para restauración (de la de monumentos , no de la de comer). Cuando iba a congresos me tenía que hacer entender por estudiantes de Bellas Artes o de Arquitectura. Si me hubiera quedado allí probablemente ahora estaría súper-especializada en biosensores nanoestructurados o alguna cosa así. Pero no me quedé, la maternidad y la ciencia no compaginaban bien hace 20 años. Me fui a evaluar proyectos de I+D de biotecnología. En medio tuve un par de hijas, me metí en un foro de dementes que desmontaban magufadas pseudocientíficas y teorías de la conspiración y me dió por obsesionarme con la bioquímica del parto, la lactancia y el apego. Por suerte y por desgracia el ser humano cada vez sabe más y es imposible saber de todo. Por suerte o por desgracia la vida me ha permitido saber de muchas cosas. Sobre todo saber que no sé tanto

Me flipa el segundo principio de la termodinámica, la tabla periódica, la estructura terciaria de las proteínas, los virus, las helicasas,  las arqueas, la espectroscopía FT-IR, Lynn Margulis, las cromatografías en papel, la oxitocina,  y los bonobos. Y las mates, claro. 

NUNCA DEJES DE PENSAR. NO DEJES DE APRENDER.

LÉETE TODO LO QUE TE LLEVE LA CONTRARIA.